sábado, 1 de agosto de 2015

SEPAN GOBERNAR LOS PRÓXIMOS GOBERNANTES




Hector R.Sandler, Profesor Consulto, Derecho, UBA

Es notable la decadencia sufrida por el  derecho real de propiedad sobre inmuebles por parte de los particulares en nuestro pais. Igualita a la producida en la Antigua Roma , en especial luego de la caída del imperio occidental (c.siglo IV) .
Vélez quería evitar esta decadencia  entre nosotros a toda costa. Basta con leer su nota al art.2502, donde describe como un grave daño a la sociedad la "fragmentación creciente" del derecho de propiedad.  Acusa a los romanos y medievalistas pues lo fueron destruyendo en "fragmentos de derechos" , creando así una "fuente  fecunda de complicaciones y de pleitos" (sic) . Por eso juzgó "que era más conveniente aceptar el derecho puro de los romanos" . Erraba en la solución, pero no tenia otra que ofrecer. Como Secretario que fuera del Congreso de 1826, conocía muy  bien la ley de Enfiteusis inventada en la década de la Revolución (en serio)  de Mayo de 1810. Pero también sabia que los renta-tenientes que le pedían en 1860 redactara un Código Civil para poner en marcha el añorado “progreso”,  no habrían de aceptar aquella ley, aun con las debidas mejoras. Los propietarios en tierra deseaban poblar el país y en  esto coincidían todos los hombres de visión.  Era algo muy correcto.  Pero no estaban dispuestos a privarse de sus propiedades sobre la tierra ni dejar de enriquecerse con el aumento de su valor por la llegada de millones de inmigrantes. Esto era algo muy no correcto; pero no fácil de explicar ni comprender. El grado de “incorrección” de este acaparamiento perpetuo de la tierra queda probado con la historia de la decadencia que comenzó junto con el pueble del país y que nos aflige  in crescendo desde la vigencia del Código Civil.

Se  rechazó el derecho de superficie pues "desmejoraría los bienes ríices y traería mil dificultades y pleitos con los propietarios de los terrenos" como previene la nota al art.2503. Por igual razón suprimió el derecho enfitéutico romano, que no era más que arrendamiento perpetuo, brindando al propietario ingresos sin trabajar ni aportar capital. Algo que nada tenia que ver con la Ley de Enfiteusis de la Revolución de Mayo de  1824 . Medida tan democrática y liberal era contraria a los intereses de los terratenientes locales y  el sagaz cordobés ni una  palabra dice de ella en sus miles de notas al Código. 

La esperanza en no recaer en el “mal romano”, esto es la apropiación privada del capital social acumulado en la tierra y manifiesto en su precio de mercado resultó fallida. Al final de la nota al articulo 2503, declara confiar en el contrato de arrendamiento como adecuado intermediario entre los propietarios de la tierra y los trabajadores que quieran explotarla. Teóricamente era una falacia. Puede explicarsela en aquella etapa,  cuando eran enormes y rendidoras las llanuras que estaban despobladas. A pocos años de regir este derecho romano de propiedad sobre la tierra ya se apreciaban sus deletéreos efectos: escaso pueble del campo y temprano hacinamiento en la ciudad capital.  Inmigrantes ansiosos de trabajar en el campo no podían hacerlo por el costo del suelo en las buenas zonas de producción e incluso en las ciudades y pueblos; el hacinamiento comenzaba a aparecer en los barrios de “hojalata” . El retorno a sus países  de origen de millones de inmigrantes fracasados en su intento es la mejor prueba . De esta cifra poco se habla, pero ella revela la impermeabilidad económica para acceder a la vasta tierra argentina por causa de la ley civil. 

En temprana fecha, cuando la población era un tercio de la actual, en los  años 1920 hubo necesidad de poner "plazo legal" al contrato de locación urbana. Afuera con  la voluntad de las partes;  en protección de los inquilinos.  A la  falta de viviendas y la sobra de inquilinos  le buscaron a manera de solución poner un plazo minino al contrato de locación. No bastó. Los alquileres subían por el ascensor mientras los salarios, penosamente, lo hacían por la escalera. La huelga de inquilinos en 1907 y la de los arrendatarios rurales en 1912 son la menor de las pruebas que se pueden ofrecer sobre la “falta escasez “ de tierra. Tierra había y de sobra, en el campo y en la ciudad. Pero no eran salarios suficientes como para pagar su precio. Valor que aumentaba –paradójicamente – cuanta más gente lo demandaba para vivir y producir.

En 1943,  la dictadura militar buscó un mayor apoyo popular apelando a los “sin tierra” de entonces.  Estaban entre ellos  los carentes de vivienda para el hogar y los que no podian pagar el alquiler para los locales para su comercio e industria. Por leyes de arrendamiento y de alquiler la dictadura dio vigencia perpetua  a los  plazos contractuales de la locacion,  sin derecho a modificar el precio de alquiler. Vélez Sarsfield  había prevenido en sunota al art.1509 sobre el peligro que entrañaba para el orden social  establecer plazos de locación que superaran los 10 años. El gobierno militar los extendió no a mas de 10 sine die, sin término.  La estructura inmobiliaria del país y  con ella la evolución de la economía  toda e incluso la geografía social,  cambiaron por completo. Estas, leyes anualmente prorrogadas,  dejaron  de regir  en  1983. Pero era demasiado tarde para evitar el mal causado.  En esos 40 años la “base social” y el tipo de orden económico cambiaron por completo.  Del orden económico de libre mercado mandado a establecer por la Constitución se paso a un orden económico centralmente dirigido por el gobierno del Estado. Las consecuencias han sido catastróficas. Nadie parece reconocer en la Argentina del año 2010 que en la del primer Centenario, 1910, nuestro pais asomaba como potencia económica mundial. ¿Cuál es la verdadera geografía humana actual?  Un solo ejemplo basta: en la Capital el 20% de los inmuebles están desocupados y pocos son los que se construyen para viviendas.  Esto ocurre a pesar que hay 3 millones de home less , familias carentes de vivienda. y otros 10 millones de personas que viven por debajo de nivel de pobreza.

En tiempos del comienzo  del "populismo" – 1943 - la consigna fue  "La tierra  para quien la trabaja". Luego fue sustituida con esta otra muy distinta: azuzar la lucha del trabajo  contra el capital”.  A partir de estas consignas , vistos sus acumulados fracasos hoy domina otra aun  peor:  “el gobierno contra el trabajo y el capital”. Tras el fracaso en materia de vivienda tras la revolución iniciada en 1943 , se dicto en los 1950 como un paliativo  la ley 13.511.  Esta norma bajo el sutil el nombre de "ley de propiedad horizontal" reflotó el derecho de superficie urbana, propia  de la decadente Roma. Así lo sostuvo Vélez. Hoy la decadencia legal se profundiza entre nostros. En agosto  del 2015 se restablecerá la antigualla medieval llamada derecho de superficie ( Ver Titulo VII, arts.2114/2128 del flamante CC) .  

Esta situación degradación no podría haber ocurrido ni mucho menos haberse mantenido después de la restauración de la democracia en 1983, sino fuera por la existencia de una conciencia social argentina dañada. Fuera posible acusar a politicos y dirigentes sociales; a  trabajadores y empresarios e incluso  a la gente en general,  de incapacidad para aprovechar la democracia para la consecución una prosperidad y crecimiento semejante a los logrados a principios del siglo XX. Hechos de dominio público  hacen sospechar que la conciencia social argentina esta severamente afectada. Vaya un ejemplo. Nuestro país cuenta con unos 2 millones de km2 de superficie, bien regada por lluvias y ríos . Dentro de ella se encuentra la segunda llanura del mundo con un clima incomparable. Con leer en Wikipedia basta. No hace falta ir a Harvard ni producir sesudos  informes en cientos de páginas. En ese magnífico territorio bendecido por tan excelentes dones , poblado con gente de primera calidad, apenas si pueden vivir unos 40 millones,  de los cuales la mayoría esta en real estado de pobreza. Veamos un pais que nos es muy similar: Italia.
En Italia su  zona mas próspera es la Emilia/romana . Pues bien,  en ella la población goza del mayor nivel de vida en ese pais y esa region está poblada a razón  unos 200 h/km2. No hay hacinamiento sino prosperidad.

¿Qué ha impedido tras dos guerras mundiales y millones de seres humanos buscando un sitio donde vivir y trabajar , la Argentina no cuente con una población de semejante densidad?  Con una densidad igual a la de aquella region italiana  podriamos  vivir muy  bien  400 millones de personas. ¿Cuál seria nuestra importancia, como país, ya no en el “cono Sur” sino en America toida?  ¿Qué causas han cortado de cuajo la inicial llegada de inmigrantes, aun  necesarios,  para seguir poblando el país?
En un principio la causa primera fue la mencionada ley civil, que facilitaba ser inquilino, pero no propietario. Pero la cosa empeoro a partir  de 1932 cuando a la escasez relativa de tierra , se le sumo el actual  sistema de impuestos . Un sistema policial, inquisitivo,  cuyo lema es: “trabaja y seras castigado”. Estas dos leyes han sido el comienzo de nuestra ruina.

Sin embargo,  hoy en el 2015, nuestro fracaso no puede ser explicado por esas dos leyes. ¿Por qué no se las modificó? ¿Cómo aducir que “no se puede” hacerlo cuando en el mismo lapso se han dictado las leyes más extravagantes en todas las materias? Para el cambio necesario basta con una sola ley diferente. Con una que pene el apropiarse de la renta del suelo   y a la vez premie a qujenes viven de su trabajo. Se que a esta altura se argumentara que lo imposibilitan “los intereses creados”. Ya no lo creo, viendo la sarta de leyes disparatadas dictadas en los últimos 30 años sin oposición por parte de los afectados, nada es imposible. Si se sabe qué hay que hacer.  Piense el lector en el presupuesto anual o en el arbitrario manejo de los tipos de cambio y reconocerá que todo es posible; si se sabe y se quiere. Creo que algo peor nos sucede. Tengo la impresión que  la conciencia social argentina esta dañada. La de los dirigentes y las de los hombres del comun; la de los legos y la de los instruidos. Casos de fallas en la conciencia social de un pueblo entero sobran en la historia de la humanidad. ¿Por qué no habríamos de sufrirla nosotros?

Hoy la opinión publica es incapaz  de distinguir  entre: 1)  el "derecho a la propiedad de la tierra" (don de Dios, del que nadie ha de ser privado ,  Levitico 25:23)  y 2) el valor de mercado de cada lote de tierra libre de mejoras.  Su precio en el  mercado no depende del propietario sino de la sociedad como un todo; pues ella  lo genera con el trabajo y demanda colectivos. El valor de la tierra de  cada dia marca la "capitalización”  del trabajo de todos. Ese “capital social” debe ser gravado para sostener  el gasto publico. ¿Por qué? Porque ese capital social es generado  por el aumento de demanda de tierra para trabajar y vivir y ese aumento corresponde a la sociedad como un todo.  Hay necesidad urgente en sanar nuestra enferma conciencia social.  Mientras pensemos para cada uno de nosotros que “no hay mejor negocio sobre la tierra que la tierra misma”, no saldremos del pantano en que nos hemos metido. La etapa del "progreso" (1862/1930) fue posible porque la  tierra era  barata y muy  pocos los impuestos a pagar.  Desde 1930 al 2015, la regla se ha invertido:  la tierra es cada vez más cara y cada vez mas altos los impuestos a pagar por los trabajadores, productores y consumidores.  

La maraña de leyes “sociales” que se han dictado en los 35 años de democracia habrán aliviado problemas parciales; pero no nos han sacado del pantano. Frente a tamaño esfuerzo legislativo de balde, bien vale la pena estudiar y dictar  el par  de leyes necesarias para salir de él y retomar el camino de la prosperidad para todos.

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